El orígen del juego de dardos habría comenzado en Inglaterra a principios del Siglo XIX. En 1530 unos militares de primera línea aficionados por las luchas y las competiciones de arqueros le ragalan a Enrique VIII, Rey de Inglaterra, un juego de dardos adornado con piedras preciosas.
Sobre la evolución del juego en sí y de la manera en como se convirtió en juego popular, existen diferentes versiones. Una de ellas sitúa las primeras similitudes al juego, en tiempos en los que apareció la ballesta.
En los Pub ingleses se celebraban competiciones con esta arma, disparando contra barriles de madera, pero la gran potencia con la que era disparado el dardo hizo que, paulatinamente, se fuera abandonando la ballesta para lanzar los dardos con la mano, lo que obligó a reducir el tamaño y peso de los mismos.
En aquella época ya empezó a dibujarse un círculo centrado que se ha convertido en lo que hoy conocemos como Tablero, Diana o "Bull"